En los Premios INNpacta 2025, SciPhage fue reconocida como la Startup más innovadora del año, un hito que marca no solo el ascenso de una empresa biotecnológica con raíces académicas, sino también la consolidación de un modelo científico-empresarial nacido en los laboratorios de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes y hoy proyectado hacia la industria agroalimentaria global.
Para Viviana Clavijo, gerente general de SciPhage, el reconocimiento sintetiza años de trabajo colectivo y la apuesta por una ciencia aplicada que transforma realidades productivas. “Este reconocimiento significa muchísimo. Es la validación de muchos años de esfuerzo acumulado por personas e instituciones que creyeron en esta visión incluso antes de que existiera la empresa”, afirma. Ese esfuerzo, añade, incluye a investigadores, fundadores, aliados y colaboradores que “dejaron una huella que nos ha traído hasta aquí”.
El galardón también envía un mensaje contundente sobre el lugar de la ciencia en la innovación. “Este premio demuestra que la ciencia puede ocupar los primeros puestos en innovación, con indicadores sólidos que así lo avalan”, destaca Clavijo, quien reconoce que aún queda camino por recorrer, pero que este hito confirma que la apuesta de SciPhage “tiene sentido, impacto y futuro”.
SciPhage nació de una pregunta formulada en la academia: ¿cómo convertir una tecnología prometedora —los bacteriófagos— en una solución real para la resistencia a los antibióticos, uno de los desafíos sanitarios más graves del mundo? Desde los laboratorios de Uniandes y bajo la dirección científica de la profesora del Departamento de Ciencias Biológicas, Martha Vives, el equipo inició un proyecto que pronto superó los límites del entorno académico.
La innovación central de SciPhage consiste en el uso de virus naturales capaces de eliminar bacterias patógenas específicas en animales de producción, reduciendo la necesidad de antibióticos y promoviendo sistemas alimentarios más seguros. “Nuestra innovación consiste en usar estos virus naturales, altamente específicos, para controlar bacterias patógenas sin recurrir a antibióticos”, explica Clavijo.
Este desarrollo, que comenzó como tesis de maestría y doctorado, derivó en una patente licenciada por la Universidad de los Andes, publicaciones científicas y una creciente validación técnica. Con el tiempo, SciPhage consiguió montar su propia planta de producción y ejecutar validaciones precomerciales y comerciales en entornos reales. La llegada de su primer inversionista de venture capital —Eatable Adventures— marcó una nueva etapa: “Ayudaron a consolidar nuestra estrategia, fortalecer la empresa y proyectarnos como una startup biotecnológica que puede competir desde Colombia hacia el mundo”, afirma Clavijo.
Su visión es clara: proteger la seguridad alimentaria global y acelerar la transición hacia sistemas productivos libres de antibióticos, bajo el enfoque One Health.
El camino de SciPhage ha estado definido por su capacidad para evolucionar y para integrar saberes científicos, estratégicos y comerciales. “Aquel primer equipo formado por estudiantes e investigadores fue transformándose a medida que el proyecto crecía, hasta consolidar el grupo que tenemos hoy”, relata Clavijo. Ese equipo se ha convertido en el núcleo que impulsa la compañía y que permitió superar desafíos regulatorios, productivos y financieros que trascienden la formación tradicional de un investigador.
Las alianzas con universidades, centros de investigación, entidades públicas y empresas del sector avícola fueron clave para reducir la curva de aprendizaje y validar la tecnología en ambientes reales. Para Clavijo, uno de los mayores aprendizajes del proceso es que “los deep techs no pueden crecer en solitario. Necesitan un ecosistema robusto: talento científico, infraestructura, financiación precomercial y un marco regulatorio ágil”.
Otro avance determinante fue aprender a medir el impacto productivo de su tecnología. “Hoy contamos con indicadores sólidos que evidencian nuestro impacto”, explica. En el sector avícola, la empresa ha logrado “generar un retorno para el productor de hasta ocho veces”, un dato que está transformando la forma en que el sector percibe la innovación basada en ciencia.
Ser reconocida como la startup más innovadora de INNpacta 2025 consolida a SciPhage como un referente de la biotecnología colombiana con potencial internacional. Más que un cierre de ciclo, para Clavijo y su equipo es un punto de partida para escalar su tecnología y posicionar a Colombia como un actor competitivo en la innovación científica aplicada.
“SciPhage convierte la innovación científica en soluciones reales. Este premio confirma que lo que estamos construyendo tiene impacto y futuro”, concluye.
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