Desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, la cantidad de estaciones de investigación a nivel mundial se ha reducido considerablemente. Ante esto, investigadores de 56 países, representantes de 157 estaciones de investigación, han expresado preocupación en un paper publicado en la revista Conservation Letters. La publicación, titulada Tropical field stations yield high conservation return on investment, argumenta que las estaciones de investigación son claves en la conservación de biodiversidad y tienen un gran valor intrínseco (Eppley et al. 2).
En este estudio se entrevistaron más de 170 investigadores alrededor del mundo que trabajan en el estudio de primates desde estaciones de investigación en regiones tropicales del planeta. Uno de los entrevistados y coautor del estudio fue Andrés Link, profesor de nuestro Departamento de Ciencias Biológicas y miembro de la Fundación Proyecto Primates.
Link trabaja desde hace dos décadas en dos estaciones de investigación científica: la Estación de Tiputini, administrada por la Universidad San Francisco de Quito, en Ecuador.
“Es una estación con una infraestructura muy buena para investigación, con mucho apoyo de varias instituciones, en un sitio absolutamente prístino”, dice.
Bosques con mínima intervención de la Estación de Biodiversidad Tiputini, Ecuador. Foto por Diego Mosquera.
La otra estación donde trabaja está en la Hacienda San Juan de Carare, una finca privada en el Magdalena medio, donde sus dueños han permitido la investigación y conservación de la biodiversidad.
“Hemos logrado trabajar allá durante 15 años. También se ha generado toda una iniciativa de conservación alrededor de la zona; la gente también ha tenido mucha más sensibilidad ante las especies y se han apropiado de la conservación”.
Magdalena medio, donde Link estudia al mono araña café (Ateles hybridus) en los paisajes fragmentados de esta zona del país.
En el artículo también evaluaron el número de especies amenazadas que están protegidas por la presencia de las estaciones. Además, hicieron análisis espaciales que indican que “hay entre un 15 y 20% menos de pérdida de bosque en áreas de influencia de las estaciones de investigación (radio de 5 kms), demostrando que, directa o indirectamente, esas zonas están ayudando a la conservación”, explica Link.
En el estudio se encontró que las estaciones disuaden el desarrollo de actividades ilegales de extracción de recursos y defaunación. También benefician procesos de conservación, pues apoyan la producción de artículos, entrenamiento científico, entre otros. Además, funcionan como centros de colaboración y aprendizaje intergeneracional (Eppley et al. 7).
Jaguar (Panthera onca) en el Magdalena medio.
El estudio hace un llamado a financiadores para que vuelvan a apoyar el funcionamiento a largo plazo de estaciones de investigación. También urge a gobiernos y universidades a reconocer las estaciones de investigación como herramientas para cumplir con objetivos de conservación. Finalmente, sugiere la creación de políticas públicas que aseguren actividades de conservación a largo plazo en las estaciones y que incluyan planes de contingencia para periodos de crisis, como el de la pandemia de la COVID-19.
El artículo puede ser consultado en el siguiente enlace: https://conbio.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/conl.13007
Obras citadas
Eppley, T. M., Reuter, K. E., Sefczek, T. M., Tinsman, J., Santini, L., Hoeks, S., Andriantsaralaza, S., Shanee, S., Fiore, A. D., Setchell, J. M., Strier, K. B., Abanyam, P. A., Mutalib, A. H. A., Abwe, E., Ahmed, T., Ancrenaz, M., Andriantsimanarilafy, R. R., Ang, A., Aureli, F., … Mittermeier, R. A. (2024). Tropical field stations yield high conservation return on investment. Conservation Letters, e13007. https://doi.org/10.1111/conl.13007
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