Thomas siempre tuvo afinidad por las ciencias. Su interés fue cultivado por sus padres desde que era pequeño.
“Me leían libros sobre [ciencia] antes de que aprendiera a leer. Me llevaban a explorar la naturaleza, me ayudaban a armar modelos del cuerpo humano, veíamos documentales sobre la formación de la tierra, entre otras cosas”, cuenta.
Cuando el momento de escoger una carrera universitaria se acercaba, Thomas tuvo un encuentro que ayudó a concretar su interés por la ciencia en una disciplina puntual: las matemáticas. Su profesor del colegio, Martin Wöhlte, le enseñó matemáticas de una forma distinta a la tradicional y lo motivó a descubrir más.
“Es increíble la influencia que puede tener un buen profesor en el futuro de sus estudiantes. Si no fuera por Martin Wöhlte, probablemente no habría estudiado Matemáticas”, dice Thomas, quien recibió la distinción de Magna Cum Laude el 17 de octubre.
Al final, Thomas escogió estudiar en los Andes por consejo de un amigo de su familia, egresado de Matemáticas de la Universidad y actual profesor en la Universidad de California.
Los principales motivos fueron el alto nivel académico de los profesores y su disposición para enseñar y ayudar. Otro factor decisivo fue la cercanía con los profesores y demás estudiantes.
“Es una educación prácticamente personalizada, pues hay pocos estudiantes. En los últimos cursos de la carrera es normal tener clases con menos de diez estudiantes, es más, yo tuve un par de clases donde éramos apenas 6 y 4 personas. Esto permite que los profesores te conozcan, sepan tus dificultades y te ayuden a superarlas”.
Contrario a lo que muchas personas creen, la carrera de Matemáticas no es solitaria o carente de redes sociales. Por el reducido círculo de estudiantes, se suelen crear relaciones muy cercanas y significativas: estudian juntos, se ayudan con las clases, pero también salen de fiesta y se divierten por fuera del aula. Thomas cuenta que, en su paso por el Departamento, hizo buenos amigos y fue cercano a varios profesores –relaciones que aún mantiene, incluso después de graduarse.
Las relaciones sociales en Matemáticas son algo clave, no sólo por el enriquecimiento personal, también el intelectual. Para Thomas, el intercambio de ideas es crucial, sobre todo para “aprender a plasmar tus ideas y tus abstracciones”. Los vínculos con otros son tan importantes para él que, cuando se le pregunta qué representa su distinción Magna Cum Laude, responde que no sólo es un reconocimiento por su esfuerzo, sino, también al esfuerzo de sus profesores y compañeros.
“No hubiera sido posible obtenerlo si no fuera por los profesores que siempre estuvieron dispuestos a ayudar y explicarme nuevamente en sus horarios de atención. Al igual que no hubiera sido posible obtenerlo de no ser por mis compañeros. Aparte de mantenerme feliz, con ganas de verlos en las clases y en un estado mental saludable, me ayudaron mucho a estudiar, pues constantemente nos hacíamos preguntas y estudiábamos juntos para entender bien todo el material de las clases”, comenta. Además, agradece especialmente a su profesor y director de tesis Ahmed Ould.
También agradece a sus padres, quienes siempre lo acompañaron y confiaron en su decisión de estudiar Matemáticas.
Hoy en día, Thomas trabaja como analista de riesgo financiero y espera con ansias poder seguir estudiando Matemáticas.
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